domingo, 14 de diciembre de 2014

El poder del perro (Don Winslow)

Una historia de narcotraficantes en un mundo muy real


"Cuando el río suena, agua lleva" Muchas recomendaciones de amigos y foros por los que navegamos nos incitaron finalmente a empezar con esta obra de Don Winslow, y efectivamente el agua llevaba agua, tanta que el cauce acabó por desbordarse. Estamos ante un libro que no deja indiferente y que, como apreciaréis a continuación, nos encantó.

El poder del perro cuenta la historia de un agente de los Estados Unidos llamado Art Keller afincado en México en su recorrido en la batalla contra la droga. El libro nos abre un arco argumental con una duración de 20 años aproximadamente en los que la acción irá trasladándose de un lado a otro de Sudamérica, aunque sea la frontera entre los EE.UU. y México el lugar donde más tiempo se pasará el lector disfrutando de la trama.

Comenzaremos diciendo que lo más atractivo de la novela es sin duda su crudeza. Don Winslow es un escritor con muchos años a sus espaldas que ha llevado su experiencia a la gran pantalla recientemente. La mayor parte de las novelas que tiene en su haber se sumergen por completo en la temática de los thrillers policíacos y las historias de acción, obras duras y contundentes donde lo que se cuenta puede resultar desagradable para el espectador. En El poder del perro la experiencia de años anteriores se ve reconocida dando lugar a una obra sobrecogedora, con escenas que impactan de lleno en el lector, un lector que en ningún momento llega a diferenciar las diferencias entre la ficción novelizada y la realidad que posiblemente esté ahí fuera.

Efectivamente, crudeza y realismo. Esas son las dos palabras con las que nos gustaría definir la trama del libro. Porque lo que se nos presenta es una reinterpretación de esa realidad que nos llega a los europeos a través de las noticias que nos llegan a cuentagotas en nuestros telediarios y de los que cualquier ciudadano mexicano puede dar fe: su política corrupta hasta grados superlativos (de una forma muchísimo más visible y exagerada que aquí, que no es poco), las enormes desigualdades sociales en las que conviven los mexicanos o la impresionante influencia que tienen los cárteles en el día a día.
Son, a nuestro entender, conceptos que a muchos nos pillan de lejos, de los que tan solo tenemos referencia a través de series televisivas o grandes obras cinematográficas. Y se trata de planteamientos que nos suenan lejanos, tan lejanos que prácticamente al momento asociamos como algo de ficción, como si en vez de la frontera mexicana se tratara de un Narnia o una Tierra Media al uso. Y evidentemente no es así. 


La frontera, un sitio peligroso. Mucho. Pero mucho.

Por ello pensamos que es uno de los principales valedores que puede tener la obra, esa inmersión que realiza el autor hacia el problema de la droga, de los cárteles y de los agentes policiales que intentan combatirla será lo que nos haga engancharnos a la lectura. Entre otras cosas porque Don Winslow está bien documentado al respecto y no duda en mencionar verdades que molestan a muchas administraciones públicas entre otros.
En El poder del perro se nos habla de cómo los propios EE.UU. llegan a permitir la existencia de estos cárteles o de cómo éstos alcanzan el poder, nos transmite la pantomima que significa la "guerra" contra la droga. Nos enseña la realidad que existe detrás de tantas redadas policiales que nos venden como exitosas y que no son más que la recogida frutos minúsculos que se han podrido y caído al suelo ya, sin llegar a profundizar en que estos deshechos han podido florecer gracias a una raiz gigantesca y bien nutrida que nunca llega a ser desenterrada por completo. Menciona a la CIA, a la DEA y a multitud de organismos internacionales. Menciona todo eso y mucho más:

"La mayor parte de los personajes de la novela son ficticios, aunque algunos, sin duda, están inspirados en la vida real. Algunos de los personajes políticos americanos, pueden ser asociados fácilmente, para cualquier persona que conozca la historia política de los Estados Unidos. En lo que respecta a los personajes mexicanos, también hay escenas y situaciones inspiradas directamente por sucesos reales o carteles reales."

Fuente: El país

Efectivamente hay palos a Estados Unidos. Y sin presentar un caso agudo de antiamericanismo hemos de reconocer que es algo que nos encanta. Nos gusta que se nos plantee la realidad del sueño americano, que le quiten el mantel de cuadros a la mesa para que podamos ver las betas de la madera, que no todo es tan bonito como lo pintan. Parece más que obvio que la casa del Tío Sam no es tan acogedora como nos la venden y que su patio trasero (o su trastero), que es como irónicamente conocen a México, tiene mucho que decir al respecto.

Si con todo lo que acabamos de comentar no os entran ganas ya de coger el libro y comenzar a leer no sabemos ya como convenceros.

Pero pasemos a hablar del estilo del autor.

Es directo. Muy directo. Se ahorra párrafos de descripciones interminables. Los personajes no son importantes, los espacios donde se desarrolla la novela no son importantes. No tanto como lo es el contexto. No conoceremos la vida y milagros de la familia Barrera, no tendremos una visita virtual por la ciudad de San Diego (California), pero según vaya transcurriendo la historia conoceremos de sobra a los Barrera hasta el punto de llegar a odiarles o compadecerles según corresponda, e incluso puede que lleguemos a entender sus actos, aunque lógicamente no los justifiquemos. Los lugares y las personas fluyen tanto como la trama, que no duda en sobrevolar de un lado a otro del continente americano, pero la acción permanece constante. 

Una acción que por otra parte se presenta en una serie de subtramas que nos cuentan toda la persecución que realiza Art Keller a los hermanos Barrera. Aunque a lo largo de la novela se nos relatará un solo argumento, éste irá dando saltos temporales hasta llegar al clímax final donde se acabará resolviendo todo.
Por ejemplo, el primer capítulo empieza como un disparo que luego se irá desvaneciendo en los inmediatamente posteriores, que no serán más que la carta de presentación del plantel de actores. Sin embargo en el momento en el que todos entren ya en escena la trama avanzará a velocidad vertiginosa hasta llegar a un final de acto en el que el problema no será arrancado de raíz y nos permitirá volver a abordarlo desde otro punto de vista más adelante. Esto se irá produciendo (con sus respectivos saltos temporales y espaciales) hasta el desenlace final a lo largo de 5 grandes actos que no dejarán indiferente a nadie.
Es más, es posible que el último sea el más flojo, debido a la intensidad con la que Don Winslow a alimentado la historia. Algo que lo que pueden presumir algunas de las grandes obras de la literatura (y más especialmente algunas series televisivas) y que puede ser buena muestra de la altura de la obra.

Valoración

A nosotros nos ha encantado, así de sencillo. Es una obra maestra. Haciendo un guiño al nombre de la novela es un perro que ladra, sí, pero también muerde. Y cuando muerde hace mucho daño. Pero es que a su vez esos mordiscos son como una droga. Un producto gestionado por un importante cártel de narcotraficantes y por su antítesis Art Keller, una sustancia que según va entrando en nuestra mente nos nos condiciona para seguir leyendo.

Para los seguidores de los thrillers policíacos seguramente sea un must have. Si guardas un grato recuerdo de la familia Salamanca en Breaking Bad no sabes lo que te estás perdiendo. Y si te gustan las novelas duras y crueles que muestran la verdadera realidad más allá de nuestros plácidos hogares, tendrás adicción para rato.

Pero ojo, es un libro bestia, en ocasiones desagradable. Puede que no sea apto para estómagos sensibles.


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