viernes, 27 de marzo de 2015

La primera ley (Joe Abercrombie)

Una trilogía de fantasía épica muy bien orquestada


La fantasía épica no es un género novedoso. Las aventuras mitológicas de héroes, dioses y otros seres sobrenaturales son tan viejos como la propia literatura. A la fantasía épica moderna podríamos asociarla un gran padre llamado John Ronald Reuer Tolkien y, actualmente por fenómenos televisivos y por ser la historia que actualmente está de moda, un hijo pródigo llamado George R. R. Martin. 
Como es normal, muchos aficionados del género buscan, prácticamente sin éxito, novelas que estén a la altura de la obra de este último autor, con intrigas políticas, numerosos arcos argumentales, giros bruscos en la trama... puede que todos ellos estén de suerte. Si aún no lo conocen, es posible que con Abercrombie sus exigencias se vean satisfechas.

Joe Abercrombie presenta una trilogía con una estructura muy bien definida, las novelas van evolucionando (y con ellas sus personajes principales) comenzando en un periodo de calma casi idílica con una trama que irá ganando en intensidad hasta finalizar con una impresionante guerra por la supervivencia de toda una nación. Entre medias, seres sobrenaturales, magia y muchas aventuras protagonizadas por un grupo de aventureros de lo más variopinto que acabarán inmersos en el epicentro de la acción.
La Primera Ley es una trilogía compuesta por los siguientes volúmenes:
- La voz de las espadas
- Antes de que los cuelguen
- El último argumento de los reyes
Las novelas no son autoconclusivas, es necesario leer la saga entera para poder dar un final cerrado a la historia (y ni con esas, aunque de eso hablaremos más tarde), aunque en el momento en el que se empieza la lectura no suele haber marcha atrás, la trama engancha prácticamente desde el primer momento y en el momento en el que la acción se acelera es un no parar. Dígase una cosa de La Primera Ley: es una trilogía adictiva.

En la saga se nos pone en la piel de 3 grandes protagonistas: El despiadado Inquisidor Sand dan Glokta, un héroe venido a menos tras un trágico suceso; el arrogante Jezal dan Luthar, un espadachín de buena familia tan ingenuo como prepotente y Logen Nuevededos alias "El Sanguinario", un bárbaro del norte con una fama a la altura de su apodo. Estos personajes estarán respaldados por una serie de secundarios que les complementarán a la perfección y que estarán presentes en todo momento en el guión de las novelas. Como en toda obra coral que se precie, más tarde o más temprano todos los personajes acabarán teniendo relación entre sí, ya sea para colaborar o como antagonistas, algunos incluso llegarán a compartir espacios muy cercanos durante largo tiempo por designios del destino.
Una de las grandes fortalezas de La Primera Ley es que los personajes están muy bien construidos. Evidentemente irán evolucionando a lo largo de la aventura según vayan viéndose implicados en los diferentes sucesos, pero desde un inicio se marca a la perfección la actitud de cada uno. Cabe destacar que no son planos en absoluto y que cada cual tiene sus características que les hace únicos en pensamiento y actuación. Además Joe Abercrombie ha conseguido dotar de una singularización única de cada protagonista mediante diferentes recursos lingüísticos que refuerzan a la perfección la personalidad de todos ellos. Así, por ejemplo, en el caso del Inquisidor Glokta se intercalarán en sus apariciones frases habladas en voz alta con otras en las que se reflejen sus pensamientos y reflexiones, de manera que el lector pueda comprender perfectamente la complejidad de la perturbada mente del sádico torturador.
Pese a todo debemos señalar también que en esta saga se usa y se abusa mucho de los tópicos. En ella encontraremos sureños con ambientación bereber, ricos prepotentes y pobres humildes, duros y hoscos norteños con aspecto de bárbaros incivilizados... Y los personajes se ajustan a estos cánones sin separarse apenas milímetros, apenas uno o dos llegarán a darnos la sorpresa según vayan sucediéndose las páginas, ni tan siquiera en los momentos culminantes de la obra.

La historia está ambientada en un mundo fantástico compuesto por 2 grandes continentes (uno al norte y otro al sur) así como una gran isla central que forma un reino llamado "La Unión" y que es el gran regidor del mundo. Como ya hemos comentado al norte se encuentran todos los pueblos bárbaros organizados de forma tribal, incultos, agresivos y poco civilizados, mientras al sur se aloja una civilización parecida a la musulmana, enemiga por antonomasia de los ciudadanos de La Unión.
La capital del imperio central, Adua, es una importante metrópoli donde se reúne la flor y la nata de la sociedad, es igualmente la sede Real y el lugar donde se reúnen los miembros del consejo que regula y gobierna a los ciudadanos. Guarda muchas similitudes a una gran urbe italiana de la época renacentista, mientras que las ciudades del sur se asemejarán más a las ciudades islámicas y los poblados del norte a los asentamientos escandinavos de la época (efectivamente, volvemos a tirar de tópicos).
Sin desvelar nada importante de la trama, mencionaremos que en su inicio se nos presenta a Logen Nuevededos realizando un camino por tierras salvajes hacia no se sabe donde guiado por unos espíritus mientras en la capital el Inquisidor Glokta se verá presionado por parte de su superior para que consiga cierta información de interés para sus planes y Jezal se "prepara" sin ningún tipo de presión para un certamen de esgrima que realmente no acaba de motivarle en absoluto. A raíz de esto las campanas de guerra empezarán a tintinear haciendo que esta entrañable paz vaya poco a poco convirtiéndose en un clima de violencia que trastocará la vida de los protagonistas de la trilogía.

Un mapa del mundo, no oficial pero de reconocida validez por parte del autor

Si ya hemos mencionado a los espíritus al hablar de Nuevededos, debemos ahora hablar de magia: uno de los componentes centrales de la obra. Volvemos a encontrar aquí muchas similitudes con Canción de Hielo y Fuego, sin embargo hay una diferencia clave: Abercrombie no enmascara la magia como sí en un principio intenta hacer Martin. La magia de La Primera Ley es algo del pasado que por obra de una serie de magos que tendrán una participación muy activa en la trama vuelve a tomar importancia, se desarrollará como un arte, como un arma y una herramienta a la vez, otorgará un poder sobrehumano a su dueño y será uno de los papeles clave a la hora de inclinar la balanza hacia uno u otro bando. A modo de crítica podemos reseñar el factor de que la magia aparece como por arte de idem, no estamos hablando tampoco de un mundo de fantasía tipo Warcraft o similares, aquí no existe el hechicero o la bruja, y el desarrollo cotidiano de la vida en todo el universo de La Primera Ley parece sucederse al margen de algo tan poderoso, es como si la magia como tal no existiera, y en ciertos momentos da la impresión de que realmente no ha existido nunca, salvo en relatos místicos que interpretan la historia del mundo conocido. Además es curioso que el resto de personajes que no pueden dominar la magia adopten una posición tan pasiva ante la misma, llegan a temerla cuando la tienen delante (porque seguramente sea lo último que vean), pero no les genera ningún tipo de inquietud, no son capaces de llegar a comprender la relevancia que tiene la misma.

Cambiando a conceptos más puramente lingüísticos, la pluma de Joe Abercrombie destaca principalmente por su crudeza y por ir directo al grano. No nos lleva por las ramas en ningún momento, la acción se presenta de una forma rápida y realista dentro del universo creado. Podemos destacar como característica principal el sadismo literario con el que el autor se ensaña en diversos pasajes de las novelas, llegando por momentos a resultar casi desagradables por lo visual de las escenas relatadas. Su objetivo es mostrar una sociedad implacable con el débil, compuesta por seres de moralidad ferrea, sin apenas sentimientos de piedad, las batallas son sangrientas hasta detalles escabrosos, los interrogatorios de Glotka están minuciosamente relatados, el amor es tan sucio como lo son las escaramuzas en la oscuridad (sin llegar a situaciones de sexo gratuito). Los personajes son bastante hoscos, actúan en gran medida por impulsos primarios que les lleven a la supervivencia, y así es como lo quiere transmitir el autor.
Bajo este pesimismo encontramos una importante sátira a esta sociedad deshumanizada. Otra de las características de La Primera Ley es el humor negro que impera en las diferentes páginas de forma implícita. Por continuar con ejemplos se plantean muchas situaciones brutales bajo la óptica de personajes que realmente no llegan a comprender lo qué está ocurriendo, o se transmite la perspectiva irónica de una persona que no tiene nada que perder cuando realmente se da cuenta de que siempre puede perder un poco más (aunque realmente le importe tres pimientos).

Pero si hay algo que realmente merezca ser destacado de La Primera Ley es sin duda su parte final. El lector puede esperar un desenlace arquetípico según el cual los buenos venzan a los malos, los protagonistas se casen y todos sean felices para siempre ya que es a lo que nos tienen acostumbrados la mayor parte de las novelas de fantasía épica. Sin embargo La Primera Ley no es una historia como las demás, aquí el desencanto está a la orden del día y se mantendrá hasta las últimas páginas. Posiblemente sea uno de esos finales que te dejen un poco desconcertado, incluso habrá quien se enfade viendo como se da cierre a la historia, sin duda no dejará indiferente a ningún aficionado al género.

Como siempre, es cuestión de gustos, sin embargo nosotros consideramos un final épico para llevar a la trama, como diría Logen Nuevededos alias "El Sanguinario", de vuelta al barro.

Valoración


Es un soplo de aire fresco en el mundo de la fantasía épica. Existe un uso y un abuso de los tópicos, el ritmo de la novela puede ser irregular y en algunos momentos pueda llegar a desinflarse, sin embargo posee la capacidad de enganchar al lector. No ofrece nada realmente novedoso pero al ir leyendo uno se adentra en un universo desconocido que le resulta familiar, le incita a ir descubriendo sus particularidades y a conocer más del mismo.
Y especialmente le incita conocer más a los personajes, es una de las principales virtudes de la saga. Tratándose de estereotipos más que utilizados, Abercrombie ha conseguido que las cabezas del cartel tengan una personalidad única, que se distancien de otros con los que casi inmediatamente sacaremos parentescos.

Para todo aquel que busque "algo más después de Martin", está de suerte. Que llegue o no llegue a su altura forma parte del criterio de cada lector, pero acercarse, se acerca bastante. Tramas políticas, crudeza, aventuras, magia... La Primera Ley es el perfecto exponente de la fantasía épica. No es tampoco excesivamente largo y, como colofón, tiene un final que no puede dejar indiferente a nadie.

¿Qué más se le puede pedir?

Ah, bueno... Y ni siquiera hemos mencionado a Bayaz.

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